Sabes que Abby Abernathy inesperadamente se conviertió en la señora Maddox. Pero, ¿qué es lo que realmente sabes?
¿Por qué Abby hizo la pregunta?
¿Qué secretos fueron compartidos antes de la ceremonia?
¿Dónde pasaron su noche de bodas?
¿Quién más lo sabía…y no lo dijo?
Todo acerca de la boda fugaz de Abby y Travis era secreto…hasta ahora. Los fans de Beautiful Disaster (Maravilloso desastre) y Walking Disaster tendrán todas sus preguntas contestadas en este relato del día de la boda (¡y noche!)—y al igual que todas las buenas historias, la espera habrá valido la pena.
EXCERPT!
Me quede mirando la piedra brillante en mi dedo y suspire de
nuevo, no era el suspiro que una joven chica recién comprometida haría mientras
mira su gran diamante, estaba lleno de pensamientos, un pesado y reflexivo
pensamiento que me hacía pensar intensamente, Reflexivos si pero no segundos
pensamientos, no podíamos estar separados el uno del otro, lo que estábamos a
punto de hacer era inevitable y Travis Maddox
me amaba en un modo que mucha gente soñaría, el suspiro estaba lleno de
preocupación y esperanza por mi estúpido plan, quería que Travis estuviera bien
tanto que fuera tangible.
—Deja eso, Pidge —dijo Travis— Me estas poniendo nervioso.
—Es solo… demasiado grande.
—Es perfecto —dijo, sentándose de nuevo, estábamos atrapados
entre un empresario hablando suavemente en su celular y una pareja mayor, una
empleada de la aerolínea estaba parado detrás del mostrador de la puerta hablando
en lo que parecía ser una radio CB (1), me preguntaba porque no utilizaban un
micrófono regular, anunció algunos nombres y luego coloco el dispositivo en
algún lugar atrás de su escritorio.
—Debe ser un vuelo completo —dijo Travis, su brazo izquierdo
estaba puesto en la parte de trasera de mi silla, su pulgar acariciando
gentilmente mi hombro, estaba tratando de aparentar estar relajado pero su
rodilla inquieta lo delato.
—El diamante es excesivo, siento que me robaran en cualquier
momento —dije.
Travis Rio —Primero que todo, nadie te malditamente tocara,
segundo ese anillo fue hecho para estar en tu dedo, lo supe cuando lo vi.
—Atención pasajeros del vuelo American 2477 con destino a
las Vegas, estaos buscando tres voluntarios para tomar el siguiente vuelo,
estamos ofreciendo bonos de viaje validos por un año desde el momento de su
partida.
Travis me miro.
—No
—¿Tienes prisa? —pregunto con una sonrisa victoriosa en su
rostro.
Me incline y lo bese —De hecho, si tengo. —Levante mi dedo y
limpie una marca de hollín que el olvido en la ducha.
—Gracias, cariño —dijo, apretándome contra su costado, miro
a los lados, su barbilla levantada, sus ojos brillando, estaba en el mejor
ánimo que he visto desde la noche que me gano la apuesta, me hizo sonreír,
sensible o no se sentía bien ser amado así y decidí en ese momento que dejaría
de disculparme por eso, habían peores cosas que encontrar tu alma gemela
demasiado pronto en la vida y ¿Qué era demasiado pronto, de todas formas?
—Tuve una discusión sobre ti con mi mamá una vez —dijo
Travis mirando hacia la pared de la ventana a nuestra derecha, aún estaba
oscuro, lo que sea que vio no estaba al otro lado.
—¿Sobre mí? ¿Eso no es como… imposible?
—La verdad no, fue el día que ella murió.
Adrenalina emergió de donde sea que la adrenalina venga y
corrió a través de mi cuerpo, agrupándose en mis dedos de manos y pies, Travis
nunca me había hablado sobre su madre, algunas veces quise preguntarle sobre
ella, pero luego pensaba en la horrible sensación que se apodera de mi cuando
alguien preguntaba por mi madre, así que nunca lo hice.
Continuo —Ella dijo, encuentra una chica por la que valga la
pena pelear, una que no venga fácil.
Me sentí un poco avergonzada, preguntándome si eso
significaba que era un dolor en el culo.
Seguramente lo era, pero ese no era el punto
—Ella dijo que no dejara de pelear y no lo hice, estaba en
lo correcto —Tomo una profunda respiración, parecía dejar ese pensamiento
quedarse en sus huesos.
La idea que Travis creyera que yo era la mujer de la que su
madre estaba hablando, que ella me aprobaría me hizo sentir aceptada y nunca me
había sentido así, Diane quien había muerto hace 17 años antes ahora me hacía
sentir más amada que mi propia madre.
—Amo a tu madre —dije, inclinándome contra el pecho de
Travis.
El me miro y luego de una corta pausa beso mi cabello, no
podía ver su rostro pero podía escuchar en su voz lo afectado que estaba —Ella
te habría amado también, no tengo ninguna duda.
La mujer hablo en su CB otra vez —Atención Pasajeros del
vuelo América 2477 con destino a las vegas Estaremos abordando pronto,
empezaremos con aquellos que necesitan asistencia para abordar y los que tienen
niños pequeños, luego empezaremos a abordar a los de primera clase y clase
ejecutiva.
—¿Qué hay con los excepcionalmente aburridos? —dijo Travis,
parándose— necesito un maldito Red Bull, tal vez deberíamos haber mantenido
nuestros tickets para mañana como habíamos planeado.
Arquee una ceja —¿Tienes un problema que tenga prisa de ser
la Sra. Maddox?
Lo negó, ayudándome a pararme —Diablos no, aún sigo
conmocionado, si quieres saber la verdad, solo no quiero que te estés
apresurando por que sientes que cambiaras de opinión.
—Tal vez tenga miedo que tú cambies de opinión.
La ceja de Travis se arqueo y envolvió sus brazos alrededor
de mi —En serio no puedes pensar eso, tienes que saber que no hay nada que
quiera más.
Me levante sobre las puntas de mis pies y bese sus labios
—Creo que estamos listos para abordar el avión hacia las Vegas así podremos
casarnos, eso es lo que pienso.
Jamie McGuire was born in Tulsa, OK. She attended the Northern Oklahoma College, the University of Central Oklahoma, and Autry Technology Center where she graduated with a degree in Radiography.
Her most recent novel, Walking Disaster debuted at #1 on the New York Times, USA Today, and Wall Street Journal bestseller lists. She has also written bestselling contemporary romance Beautiful Disaster, and the Providence series.
Jamie now lives in Enid, OK with her three children and husband Jeff, who is a real, live cowboy. They share their 30 acres with six horses, three dogs, and Rooster the cat.
Her most recent novel, Walking Disaster debuted at #1 on the New York Times, USA Today, and Wall Street Journal bestseller lists. She has also written bestselling contemporary romance Beautiful Disaster, and the Providence series.
Jamie now lives in Enid, OK with her three children and husband Jeff, who is a real, live cowboy. They share their 30 acres with six horses, three dogs, and Rooster the cat.
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